*Capítulo 4
Suspiré pesadamente, el moreno
no parecía por la labor de apartar la miradita de las narices. -¿Qué Hawthorne? ¿Tengo monos en la cara?-
Le pregunté mientras le sacaba la lengua. La cara que puso fue épica, se le
descolocó la mandíbula como como si fuera una víbora y abrió mucho los ojos.
“Normal” pensé, al fin y al cabo no estaba acostumbrado a que le diesen ese
tipo de conversación. –No te creas
importante Undersee- me contestó Gale con un tono que denotaba asombro.
Bufé fuertemente ante esto, yo no me creía nada, simplemente decía lo que
pensaba y en esos momentos el moreno no quería saber lo que estaba pensando. De
repente se abrió la puerta del compartimento y entró Effie seguida de Haymitch,
el hombre tenía el pelo sobre la frente y un aspecto deplorable, como si no se
hubiese duchado en días, sinceramente, creo que realmente no se había duchado
en días.
Effie carraspeó haciéndose
notar e interrumpiendo así la lucha de miradas que se había producido entre
Gale y yo. Aparté la mirada rápidamente, pero no pude evitar que el muchacho se
percatase de mi repentino sonrojo. Haymitch rió con sorna ante este hecho y yo
no pude hacer nada pero taladrarle con la mirada, Effie se movió en su sitio
claramente incómoda –¿Por qué no nos
sentamos?- ofreció la Pelirrosa mientras se dirigía a los mullidos sillones
de terciopelo, su forma de sentarse me pareció muy curiosa, cruzó los tobillos
mientras se sujetaba las manos sobre el regazo y echaba la cabeza hacia delante
y ponía una gran sonrisa en la cara. Miré a Haymitch y a Gale, el primero
parecía acostumbrado a esta manera de sentarse de Effie, pero por el contrario
Gale estaba tan asombrado o más que yo. Reí fuertemente ante la cara del chico,
había levantado una ceja y tenía la boca abierta de par en par –Cierra la boca Gale, que te van a entrar
moscas- nada más terminar de decir esto me tape la boca y abrí los ojos,
era la primera vez que le llamaba por su nombre, giró la cabeza lentamente y me
miró entrecerrando los ojos -¿Me has
llamado por mis nombre Undersee?- me preguntó lentamente, abrí y cerré la
boca varias veces sin saber que decir. Decidí no decir nada y me giré para
sentarme al lado de Effie –Y… ¿De qué
querías hablar Effie?- pregunté con un tono nervioso mientras que me
recordaba a mi misma no volver a llamarle por su nombre, nunca más. –En realidad el que quiere hablar con
vosotros es Haymitch- miré al que sería nuestro mentor con aire
interrogatorio mientras que él y Gale se sentaban, -Vamos al grano- comenzó Haymitch -¿Qué sabéis hacer?- No, sin duda era directo. Pensé en que podía
decirle, sin duda no podía decirle que sabía usar hachas, necesitaba esa
habilidad para mí. –Cazar, se cazar-
dijo Gale con un tono frío. Vi como Haymitch sonreía ante este hecho, me lo
había dicho a mí misma, no le diría lo de las hachas, pero en ese momento no
supe controlarme y lo solté –Se me da
bien lanzar hachas- por la cara que pusieron los demás supe que tal vez no
debía de haberlo dicho, me miraban con los ojos abiertos, nadie parecía querer
decir nada -¿Tú sabes lanzar hachas? ¿En
serio?- fue Haymitch el que habló mientras reía, bajé la mirada al sentir
sus ojos sobre mi –Creo, que me voy a ir
a tomar el aire- me levanté y salí de allí rápidamente.
POV Gale
Tengo que reconocer que el
hecho de que la rubia supiese lanzar hachas me había resultado bastante
sorprendente, tenía ganas de preguntarle donde había aprendido a manejar
hachas, al fin y al cabo no todos los días la hija del alcalde te decía que su
arma eran las hachas. Vi como los ojos de Madge se apagaban y tomaban un brillo
propio de quien va a llorar ante el comentario de nuestro mentor, sentí como el
pecho se me encogía ante esta imagen, por alguna razón que no sabía explicar la
oji verde me importaba más de lo que yo creía. La vi salir por la puerta
corriendo y enseguida me levanté para seguirla, -¿Adónde vas muchacho?- preguntó con tono dejado Haymitch. –A arreglar lo que tú has hecho- contesté
con un tono frío mientras salía por la puerta. Vi un cabello rubio en uno de
los pasillos -¡Madge!- grité mientras
llegaba. La chica rubia se giró y claramente no era Madge –Creo que no soy la persona a la que buscas ¿verdad?- me dijo la
chica coquetamente –No, no eres a la que
estoy buscando, ¿ha pasado por aquí una chica corriendo, más o menos de tu
estatura, con el pelo rubio?- estaba nervioso, si algo sabía de la hija del
alcalde era lo torpe que era, seguramente se habría perdido y no sabría lo que
hacer –Si, ha pasado por aquí hace un par
de minutos, justo antes que tú, ¿por qué? ¿Es tu novia?- era curiosa la
joven, un momento… ¿Madge mi novia? Sí, claro y qué más –No, no, es mi… realmente no es nada mío- dije confundido por
completo –Pues, para no ser nada tuyo la
buscas con mucho empeño- la conversación me empezaba a hartar. –Si, bueno, es complicado- en realidad no
era complicado pero estaba perdiendo mucho tiempo en la puñetera conversación,
me di la vuelta para irme –Hey Romeo, tú Julieta
se ha ido por el otro lado- volví a cambiar de sentido mientras murmuraba
un leve gracias,-Por cierto, me llamo
Glimmer- me dijo la chica rubia –Gale
–le grité desde el otro lado del pasillo.
Fin del POV
Me perdí en el tren, no sabía
a dónde ir, y mucho menos donde estaba. Recordé la escena anterior y me senté
en el suelo, la cara de incredulidad de todos fue suficiente para que me
derrumbase y empezase a llorar, ¿Por qué no podían creerme? No era imposible.
Sentí como alguien se sentaba a mi lado –No
le hagas caso- levanté la mirada y vi a Gale -¿Qué?- Pregunté sin saber a qué se refería, Gale suspiró –A Haymitch, ignora lo que ha dicho-
repitió mientras esbozaba una leve sonrisa, -Tu tampoco te lo crees, ¿verdad?- le dije aun con lágrimas en los
ojos –Quiero creerte, pero no puedo, es
decir, no te veo a ti lanzando hachas y cortando cabezas- dijo mientras
arrugaba la nariz, sonreí mientras que una lágrima rodaba por mi mejilla –Lo entiendo, pero te lo demostraré Gale, ya
verás en los entrenamientos- dije en un susurro, sentí como su mano me
limpiaba las lágrimas de la mejilla, -Lo
has vuelto a hacer- dijo mientras cerraba los ojos -¿Hacer qué?- estaba completamente confusa, no sabía de que estaba
hablando –Mi nombre, me has llamado por
mi nombre- abrí levemente la boca mientras que pensaba que decirle, -Bueno, es tu nombre, y creo que aparte de mí,
no va a haber mucha gente que se vaya a acercar a ti, - esto me resultaba
raro- lo que quiero decir, es que puede
que no sea la mejor aliada que puedas encontrar, pero inspiras miedo y los
demás tributos no van a acercarse, y si vamos a ser aliados te voy a llamar por
tu nombre- Gale levantó una ceja y yo me sentí mal –La he cagado ¿verdad?- le pregunté a pesar de que sabía la
respuesta de antemano. Sonrió mientras negaba con la cabeza –No te preocupes Madge, supongo que llevas
razón, y si tú me vas a llamar por mi nombre yo te llamaré a ti por el tuyo, a
pesar de que me va a costar acostumbrarme- en esos momentos me sentí la
persona más feliz del mundo, haber, imagínate, el chico del que estás enamorada
lleva llamándote por tu apellido desde que le conoces, de repente te empieza a
llamar por tu nombre. Le dediqué una gran sonrisa, estaba feliz, -Bueno, pues al menos ya tenemos un aliado
cada uno- le dije sonriendo a pesar de que todavía tenía los ojos rojos del
llanto. Y al fin después de seis años Gale me dedicó una de sus preciosas
sonrisas.